El Proyecto Universidad de la Consciencia es un proyecto educativo que, concretamente a través de su Escuela de Yoga Vedanta y Meditación (E-YVM), trata de establecer nuevos valores interreligiosos, intercambio de conocimiento y descubrimiento de la sabiduría, a través de una amplia gama de actividades educativas e interacciones culturales.
A través de la meditación, la educación y el intercambio cultural, La E-YVM busca producir una transformación en la vida de los participantes, mayor comprensión y reconocimiento entre los miembros de diferentes tradiciones de fe y una contribución significativa a los procesos de establecimiento de la paz, construcción de la comunidad y reconciliación entre diversas comunidades religiosas y filosóficas.
Con el propósito de favorecer esa transformación en la vida de los participantes, Fundación Phi decide, desde sus inicios, poner las instalaciones de sus Centros de Valencia y Cáceres a disposición de la Escuela de Yoga Vedanta y Meditación para favorecer la actividad de dos Centros Vedánticos.
Fundación Phi tiene como fines de interés general:
Fundación Phi cuenta con dos entornos naturales únicos en los municipios de Sagunto (Valencia) y de Acebo (Cáceres) que combinan belleza y tranquilidad, con todos los servicios y las ventajas de las zonas urbanas pero alejados de su gran ajetreo. Todo esto hace de dichos espacios lugares formidables para actividades de carácter contemplativo, educativo y de transferencia de sabiduría, así como para poder entrar en contacto con la naturaleza y disfrutar de ella, de forma directa y sencilla.
El Centro Vedántico
El Centro Vedántico es un medio de formación de corazones y mentes para que se abran a los otros y a su mundo interior, en definitiva, un símbolo y modelo para las relaciones interreligiosas, y una invitación a expresar de manera conjunta, en contemplación, las más profundas aspiraciones de la humanidad y, sobre todo, la aspiración por la paz en el mundo entero.
Asimismo, el Centro Vedántico pretende servir como referente para las religiones y sus posibles relaciones internacionales, transformándose paulatinamente en un lugar de encuentro común para los académicos, líderes religiosos, buscadores espirituales y la comunidad en general, un hogar para todos.
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Teniendo como base la filosofía vedanta, el Centro Vedántico, pretende ser un espacio donde se den cita personas realmente interesadas en realizar una experiencia de introspección profunda, dedicándose a un proceso de conocimiento propio y usando como herramientas principales la contemplación, la reflexión, el debate, el estudio y la convivencia, en un marco de retiro y recogimiento.
Dicha experiencia se estructura siguiendo un programa diario de estudio y práctica de la meditación, así como la participación a los Satsangs, con el objeto de alcanzar un grado de madurez en dicha disciplina, dotando a la persona de un grado, cada vez mayor, de independencia y realización personal.
Siendo que Fundación Phi dota al alumno, de forma totalmente desinteresada, de dicha plataforma, el alumno deberá respetar ciertas normas y cumplir con ciertos requisitos. Esta oferta estará siempre limitada al número de plazas de que disponga la fundación, y en ningún caso supone que esta está obligada a acoger a toda persona interesada en realizar dichos estudios. Solo se admitirá a dichos programas y a realizar estancias, a mayores de 18 años de edad.
No se requieren cualidades especiales para realizar dichos programas, ni está estipulada una duración determinada de los mismos, sobre todo teniendo en cuenta el carácter personal y subjetivo de un proceso introspectivo. Del mismo modo, su duración será indeterminada y podrá oscilar dependiendo de la persona y del carácter abstracto de las enseñanzas.
Fundación Phi a través de su Escuela de Yoga Vedanta y Meditación ofrece un detallado plan de estudios que, libre y gratuitamente, pueden seguirse en distintos países de Europa, tras haber sido aceptado como alumno y haber cumplimentado la matrícula correspondiente. En cualquier caso Fundación Phi se reserva el derecho de admitir o expulsar a cualquier estudiante que por su proceder no cumpla con los requisitos o falte sistemáticamente a las normas convenidas en el programa de estudios.
La Escuela de Yoga Vedanta y Meditación y los Centros Vedánticos, están dirigidos por Swami Rameshwarananda Giri, quien se encarga de organizar y sistematizar el plan de estudios, así como las prácticas meditativas asociadas al mismo, teniendo como base filosófico-práctica las disciplinas yóguicas y la filosofía Vedanta; un marco sólido sobre el que construir una base filosófico-práctica que permita el desarrollo integral del individuo y su integración en la sociedad con unos altos valores morales y espirituales no proselitistas que le permitan aportar, desde la Virtud, un valor añadido, tanto a su vida personal, como a la de todos aquellos que le rodean.
Todo Swami-monje pertenece a la orden monástica que ha sido venerada en la India desde tiempos inmemoriales. Dicha Orden fue reorganizada siglos atrás por Shankara, también llamado Shankaracharya, quien le dio su forma actual. Desde entonces, ha sido dirigida por una línea ininterrumpida de santos maestros. Sus seguidores creen que Shankara fue una encarnación del dios Shiva. La fecha del nacimiento de Shankara es motivo de disputas escolásticas habituales. Algunos anales indican que el incomparable monista vivió del 510 al 478 a. C.; historiadores occidentales señalan su nacimiento en el siglo octavo de nuestra era.
Shankara integró los conceptos del vedismo, brahmanismo, shivaísmo y budismo para establecer las bases de su reforma del hinduísmo. Se cree que se basó en el modelo budista de monacato para fundar las diez órdenes de monjes de la religión shivaíta, a la que pertenecía, creando para las mismas sus respectivas reglas. Esas comunidades monásticas (Maths), estaban integradas por uno de los diez dasanamis sannyasis (esta última palabra significa “completo renunciante”).
El nombre que recibieron estas diez órdenes de monjes fundadas por Shankara era el de “Advaita Vedanta Dasanami Sannyasin”. Estos monjes, en la antigüedad, en un principio tenían cuatro Shankaracharyas o Pontífices Shivaítas que luego pasaron a ser cinco y posteriormente quince. Estos Shankaracharyas rigen a los Swamis de cada una de las diez órdenes dasanami dentro del shivaísmo de origen dravida o del sur de la India.
Shankara no creó una orden llamada de los Swamis, así como sus principales sucesores no usaron en general el nombre de Swami que se aplicó posteriormente como signo de respeto monástico a la total renuncia a los apegos del mundo, como sucedió en el jainismo. Hay muchos Swamis-monjes (tal vez alrededor de un millón) en la santa orden; todos ellos han sido iniciados en ésta por conducto de otro Swami.
Así pues, todos los Swamis-monjes son hijos espirituales de un mismo Acharya (“preceptor espiritual” o “instructor religioso”): Adi (“el primer”) Shankaracharya. Los dasanamis sannyasis (Swamis) de Shankara dentro del shivaísmo pertenecían a la escuela advaita (monista) del vedanta.
Estos Swamis toman votos de pobreza (desapego hacia las posesiones), castidad, y obediencia al superior o a la autoridad espiritual. En muchos aspectos, las órdenes monásticas católicocristianas se asemejan a la más arcaica Orden del los Swamis.
Estos Swamis-monjes pierden sus nombres de pila y lo cambian por un nombre espiritual hindú (casi siempre relacionado con alguna deidad hindú o algún atributo espiritual), al serles otorgado por su maestro espiritual este nuevo nombre en una iniciación (diksha) al profesar los votos monásticos definitivos.
El nuevo nombre que recibe un Swami-monje tiene un doble significado, por un lado representa la obtención de la bendición suprema (ananda) por medio de una cualidad o estado divino (amor, sabiduría, devoción, servicio, yoga…), y por el otro representa su armonía con la naturaleza en su infinita extensión de océanos, montañas y cielos.
Además de su nuevo nombre, generalmente terminado en ananda, el Swami toma un título que indica su conexión formal con una de estas diez divisiones (dasanamis) de la Orden de los Swamis.
Entre las distintas ramas están las de: Aranya (Bosque) • Ashram (Lugar de Meditación y Estudio – Etapa) • Bharat (Tierra) • Giri (Montaña) • Parvati (Arroyo – Hija de Monte) • Puri (Terreno) • Sagar (Mar) • Saraswati (Sabiduría de la Naturaleza) • Tirth (Lugar de Peregrinación) • Vanam (Jungla)
Estos dasanamis o subdenominaciones incluyen el de Giri (montaña), al cual perteneció Gñana Avatar Sri Yukteswar, y al que por lo tanto igualmente pertenece H.H. Swami Rameshwarananda Giri Maharaj.
El periodo de formación monástica de un Swami desde su ingreso en un Math (Comunidad Monástica) variará dependiendo del grado de desarrollo espiritual del aspirante. Pero, como orientación, la formación para obtener dicho título de Swami podría tener una duración de entre 5 a 15 años. Generalmente, el aspirante pasa por un primer periodo indefinido de retiro a modo de prueba, luego un segundo periodo como preprovisional (aceptado) en el que el aspirante rara vez sale del recinto si no es acompañado y en el que no frecuenta a sus amigos y familiares, un tercer periodo como provisional (postulante) en el que recibe distintas formaciones sobre la vida monacal integrándose plenamente en la comunidad, un cuarto periodo como Brahmacharya (novicio) en el que es formado filosófica, religiosa y espiritualmente hasta realizar su profesión monástica solemne dentro de la orden, recibiendo el título honorario de Swami.
El ideal de servicio desinteresado a toda la humanidad y de renuncia a lazos y ambiciones personales, conduce a la mayoría de los Swamis a tomar participación muy activa en obras humanitarias y educativas en la India, y en algunas muy raras ocasiones, en tierras extrañas. Haciendo caso omiso de los prejuicios de casta, credo, clase, color, sexo o raza, un Swami sigue los preceptos de la hermandad humana. Su meta es la unidad absoluta con el Espíritu. Los Swamis se dedican por entero a una vida de santidad, a la realización de su verdadera naturaleza y a la transmisión del Yoga-Vedanta. Ya estén dormidos o despiertos, en su conciencia está hondamente impreso el pensamiento de “yo soy Él”; y es así como transitan apaciblemente por el mundo, sin pertenecer a él. Sólo en esta forma puede un Swami justificar su título.
En el contexto de las corrientes religiosas de India, el vocablo sánscrito “swami” significa literalmente “aquel que, siendo totalmente dueño de sí mismo, busca alcanzar la unión con el Swa o Ser”, pero también significa “señor”, “dueño” o “amo de sí mismo”. En español se pronuncia suami.
Se utiliza como signo de respeto cuando una persona se dirige a un gurú (maestro espiritual) y se aplica a los maestros espirituales de diferentes tradiciones y filosofías, escuelas u órdenes de diferentes religiones, en especial dentro del hinduísmo. Por lo general, es un título honorario que se otorga a maestros de diferentes doctrinas (Darshanas) que cultivan, por ejemplo, el vedanta, el yoga, etc., o bien a maestros espirituales que no son religiosos. Existen por este motivo diferentes tipos de Swamis o, mejor dicho, diferentes tipos de personas que tienen el título de Swami y, por supuesto, que pertenecen a las más variadas escuelas de filosofía y religiones.
El hinduísmo está compuesto por varias religiones que son tan diversas como contrarias en sus doctrinas. Dentro del hinduísmo hay religiones politeístas, monoteístas, panteístas, ateas (en sentido limitado, es decir, que algunas pueden reconocer la existencia de realidades sobrenaturales), etc. Así como un conjunto de filosofías que abre un abanico interminable de posibilidades. Este conjunto de religiones y doctrinas que conviven entre sí en una misma civilización tienen de común denominador la tolerancia hacia toda forma de creencia o sabiduría ancestral que no sea la suya propia. Algo que ha resultado difícil de asumir para la civilización europea.
Existe una confusión por parte de ciertas personas que, por desconocimiento y falta de información sobre las diversas tradiciones de India, creen que un Swami es obligatoriamente un monje, o bien un maestro de yoga, o un gurú, o hasta un sacerdote, lo cual es un error frecuente. Un Swami-monje no es bajo ningún punto de vista un sacerdote hinduísta o ministro de un culto hindú, función esta desempeñada en la tradición hindú por el Brahmana o sacerdote hinduista; tampoco tiene por qué no serlo. Este error nace a partir de que, en la India, el budismo, cuando era la religión oficial, había florecido con la creación de órdenes monásticas de bikhus (monjes) que se caracterizaban por ir vestidos de naranja u ocre. En primer lugar un monje no es necesariamente un sacerdote, ni tampoco tiene por qué ser religioso. Un sacerdote, por el contrario, está definido por su supuesta comunicación con el mundo de lo divino y puede tener pareja o no según su religión. Si bien el budismo es una filosofía de vida más que una religión —pues no cree en la existencia de Dios ni en un Dios creador del Universo que a su vez fuera su regente— aunque por lo general se lo concibe como una religión.
Un Swami o un Gurú no tiene por qué ser religioso, ni tiene por qué tener una religión o pertenecer a algún grupo en particular. Puede inclusive ser ateo o panteísta. Habitualmente la vestimenta característica de los Swamis es de color ocre-azafrán (Guerrua).
H.H. PUJYA SWAMI RAMESHWARANANDA GIRI MAHARAJ
Pujya Swami Rameshwarananda Giri es un monje hindú de la Sagrada Orden de los Swamis (Dashnami Sampradaya), Mahant de la Atmananda Mission, representante de la Comunidad Védica de España y director de la Escuela Europea de Yoga Vedanta y Meditación. Es consejero para el Diálogo Interreligioso y Relaciones con las Administraciones de la Federación Hindú de España y asesor espiritual del Hindu Forum of Europe.
Asimismo, preside el Foro Interreligioso Internacional Transcendence y es representante de las Religiones de la India tanto en el Consejo Mundial Interreligioso Elijah, en el Parlamento de las Religiones del Mundo, como en la Conferencia Internacional Mediterránea de la Multaqa (UNESCO).
Como presidente de Fundación PHI y vicepresidente de Fundació Mediambiental, Swami Rameshwarananda está desarrollando CampusPHI, una iniciativa innovadora que integra proyectos tecnológicos en el terreno del desarrollo sostenible, la cooperación internacional al desarrollo y el programa Universidad de la Consciencia, siendo el conocimiento propio y la meditación los elementos transversales. Dicho proyecto, situado en el norte de Extremadura, sustenta la condición de Campus Internacional de Excelencia.
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Pujya Swami Rameshwarananda Giri nació el 2 de julio de 1968 en Bilbao. Ya de niño, Félix Balboa tenía una inclinación irresistible hacia la espiritualidad y empezó a practicar disciplinas espirituales desde una edad muy temprana con la ayuda de su madre, hoy Swami Madhavananda Giri, quien pasaba una gran parte del día realizando prácticas espirituales. Y así, a la edad de cinco años, Swamiji solía sentarse a menudo a su lado mientras ella practicaba una intensa sadhana.
A los siete años, Swamiji ingresó en una escuela de yoga en la que fue instruido en diversas disciplinas yóguicas. Pronto tuvo experiencias espirituales y desarrolló un cierto grado de clarividencia. A la edad de trece años conoció a su primer preceptor espiritual, el jesuita Padre Ochoa, quien en seguida se dio cuenta de la sensibilidad, profundidad e inteligencia del joven discípulo y comenzó a ocuparse personalmente de él, haciéndose cargo de su desarrollo interior.
Tuvo que esperar a cumplir diecinueve años para conocer al hombre que lo iniciaría y lo instruiría en el camino espiritual, su Maestro, H.H. Sri Swami Ritajanandaji Maharaj, Presidente de la Misión Ramakrishna en Europa. Ese fue un punto de inflexión en la vida de este todavía joven aspirante. Su vida cambió completamente, se consagró por entero a un proceso introspectivo de autoconocimiento, a la contemplación y a caminar resueltamente hacia el estado del despertar.
Simultáneamente, estudió en Canadá, recibiendo una formación multidisciplinar y adquiriendo experiencia en los campos de la psico-educación, la educación especial, la percepción óptico-acústica y la pedagogía del juego para niños. Como culminación de esta fase de formación, Swamiji pasó algunos periodos de tiempo con chamanes amerindios, aprendiendo de ellos técnicas cognitivas de introspección.
Dado el gran interés de Swami Rameshwarananda por dar con modos de promover el desarrollo del potencial humano, se centró entonces en el estudio y la práctica de las técnicas de respiración, dedicándose especialmente al estudio y la práctica del yoga aplicado a la salud física y mental en el campo de la respiración (Yoga Therapy, Conscious Breathing, Therapeutic Yoga Breathing Techniques, Yoga Nidra).
Obtuvo también el título de “The Loving Relationships Training” (LRT) en Londres, y formó parte de la delegación española en la “International LRT III” en Hawái, en la que participó junto con Sondra Ray, fundadora de la LRT. Adquirió a continuación experiencia con el psicólogo estadounidense Leonard Orr, fundador del Rebirthing, en Campbell Hot Springs (California); fue también asistente profesional de terapeutas como Marina Borrusso, Gunther Ballati y Hans Delyser. Y, posteriormente, se ocupó él mismo de la formación de otros profesionales.
Fue durante estos años cuando diseñó y desarrolló una técnica novedosa de respiración para la introspección y el autoconocimiento a la que llamó Respiración Holística (o Respiración para el Conocimiento) y que presentó en la Primera Conferencia Internacional sobre Salud Holística y Desarrollo del Potencial Humano celebrada en Madrid en diciembre de 1989.
En 1991 asume el cargo de Gerente Técnico de Oceanide España, empresa dedicada a importar tecnología punta en bio-feedback y sistemas de bio-feeding para su utilización en terapias psicológicas para niños hiperactivos con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Después, a partir de 1992, fundó los Centros Oceanide en España, concebidos como centros que reúnen a profesionales de diferentes campos (medicina, psicología, educación y nutrición) implicados en la investigación óptico-acústica, la aplicación de sintetizadores de ondas cerebrales, el yoga, la relajación, la integración postural, la respiración y, en último término, el desarrollo del potencial humano desde el enfoque más global y holístico.
En esta época, en su afán de profundizar en el conocimiento de la respiración, se hizo buzo de rescate y también recibió instrucción técnica sobre la apnea y otras técnicas respiratorias dirigidas a incrementar de forma natural y no invasiva los niveles de oxígeno en sangre. Junto con buzos profesionales, probó con éxito técnicas de respiración para, por un lado, ampliar la capacidad pulmonar y aumentar los tiempos de inmersión reduciendo el consumo de aire; y por otro, minimizar los efectos de la narcosis y evitar reacciones de pánico. Paralelamente, hizo trabajos de consultoría técnica para filmaciones submarinas, poniendo en práctica diferentes técnicas cognitivas y respiratorias con equipos de rodaje submarino.
Antes de fallecer su Maestro, H.H. Sri Swami Ritajanandaji Maharaj, expresó su voluntad de que cuando él faltara, Swamiji continuara su formación espiritual con un cercano amigo suyo, H.H. Sri Swami Brahmanandaji Giri Maharaj, uno de los herederos directos del Kriya Yoga Guru Parampara (linaje), Presidente de la Misión Swami Atmananda. A los 25 años de edad, Swamiji tomó formalmente sus votos como monje de la antigua Orden Monástica de los Swamis de H.H. Swami Brahmanandaji Giri Maharaj y se convirtió en Swami Rameshwarananda Giri. Fue enviado a España donde estableció la Escuela de Yoga Vedanta y Meditación en 1993 y fundó el Ashram Varanasi en 1994.
En 1995 comenzó su colaboración con la Fundación Vicente Ferrer, recabando fondos para financiar las actividades de la fundación y haciendo trabajo de campo. Merecen destacarse tanto el diseño como la ejecución del proyecto Iniciativa Comunidad Valenciana de Cooperación, que se llevó a acabo en Anantapur (India) y que dio apoyo e infraestructuras a una gran parte de la población (construcción e instalación de 170 plantas de biogás, 135 hectáreas de mangos, 415 huertos, 35 escuelas, 393 casas, 6 centros para discapacitados, 30 bancos para mujeres, 10 canales de agua y otros equipamientos de primera necesidad). Para hacer posible todo esto, fue preciso alcanzar un acuerdo entre diversas instituciones públicas y privadas de la Comunidad Valenciana, entre las que estaban la Dirección General de Cooperación, las Diputaciones Provinciales de Valencia, Alicante y Castellón, Les Corts Valencianes, más de cuarenta ayuntamientos y diversas organizaciones privadas , federaciones, clubes y particulares.
Su estrecha amistad con Vicente Ferrer llevó a Swami Rameshwarananda a trabajar activamente a su lado en muchas áreas. Colaboró también en el desarrollo estructural de la Fundación Vicente Ferrer, de la que fue el primer responsable en el País Vasco y en Valencia, e intervino asimismo en la apertura de la oficina de Madrid.
H.H. Swami Brahmanandaji Giri Maharaj falleció en 1997, dejando la sucesión del Kriya Yoga Guru Parampara y el cargo de presidente del linaje monástico (Advaita Vedanta Giri Dasanami Sannyasin) en manos de su discípulo y sucesor, Pujya Swami Rameshwaranandaji Giri Maharaj.
Siguieron nueve años de total retiro y silencio. Durante este periodo, Swamiji trabajó intensamente junto a muchos venerables instructores espirituales, para profundizar en su desarrollo espiritual, consagrándose a la práctica de la meditación y al estudio de las Escrituras. Una vez terminado este intenso periodo de retiro, muchos buscadores de la Verdad comenzaron a visitarle con asiduidad, buscando respuestas a sus propias preguntas y preocupaciones espirituales. La claridad de su discurso al explicar las realidades espirituales llama la atención por su precisión, simplicidad y perspicacia. Esto hizo que cada vez más gente se interesase por conocer a Swamiji y por participar de sus enseñanzas. Gradualmente, todo esto llevó a Swamiji a desarrollar una actividad entusiasta, de modo totalmente desinteresado, consistente en dar retiros espirituales y seminarios sobre meditación a diversos grupos de personas que lo reclamaban en Europa, América e India, mientras se dedica simultáneamente a todo tipo de acciones y proyectos altruistas.
En 2006 fue el promotor de Phi Educacional (hoy Phi Salud Natural), donde convergen profesionales de los campos de la educación, la psicología y la medicina, para poner en marcha un proyecto sobre Educación Adaptada y Desarrollo Integral para niños y adultos denominado “Método Phi”. Este método incluye un proceso introspectivo de autoconocimiento, como parte integrante del proceso terapéutico.
En 2009, funda y preside la Fundación Phi, dedicada a promover y fortalecer el desarrollo del potencial humano y a armonizar cuerpo, mente, espíritu y medio ambiente. La fundación promueve la solidaridad y la cooperación entre culturas y sociedades, estimulando el crecimiento integral de la persona para aportar una contribución cualitativa al proceso de armonía del hombre consigo mismo y con los demás. Otros fines de la fundación son la preservación de áreas naturales, la protección del medio ambiente y la promoción, tanto del uso de energías limpias y renovables como de la arquitectura respetuosa del medio ambiente. Promueve, asimismo, el contacto humano con la naturaleza y la puesta en práctica de iniciativas y proyectos orientados hacia la igualdad, la paz y la fraternidad entre todos los seres humanos.
Universidad de la Consciencia – www.cvuc.eu
Transcendence Foro Interreligioso Internacional – www.transcendence.es
Elijah Board of World Religious Leaders – www.elijah-interfaith.org
Hindu Forum of Europe – www.hinduforum.eu
Fundación PHI – www.fundacionphi.org
Escuela Europea PHI de Yoga Vedanta y Meditación – www.varanasiashram.wordpress.com
Parliament of World Religions – www.parliamentofreligions.org
Resumir en pocas palabras en qué consiste la Filosofía Vedanta, esencia misma del Pensamiento Hindú, ha sido todo un reto, sobre todo, disponiendo de un espacio limitado en el que deberé desarrollar este tema tan amplio, digno de ser estudiado durante toda una vida. Por eso, considero oportuno comenzar esta exposición hablando del hinduismo a modo de introducción.
Aprendí todo lo que sé de la espiritualidad de mis venerados maestros y ese saber no ha cobrado verdadero significado hasta que, tras muchos años de práctica, el conocimiento intelectual dejó progresivamente paso a la convicción a través de la experiencia. Experiencia a la que conducen las enseñanzas llevadas a la práctica con profundo amor, devoción y disciplina.
Digo esto porque la espiritualidad hindú requiere siempre una explicación profunda señalando cual es su competencia y en que difiere de las prácticas religiosas externas. Todo lo que concierne a las formas exteriores pertenece a la religión, mientras que todo lo que concierne al mundo interior corresponde a la espiritualidad. Pero la espiritualidad es totalmente personal e individual; no depende de formas exteriores, ni siquiera de una religión. Va más allá de todas ellas, alcanzando un estado de comprensión en el cual son borradas las diferencias que caracterizan las diversas religiones.
Hoy día, son muchos los que quieren conocer las religiones de la India. Ocurre que es difícil comprender el hinduismo como una religión, porque no tiene dogmas, solamente ritos y ceremonias. Sin embargo, cuando la religión se manifiesta en el ámbito de la vida social, puede ser practicada en grupo, con ritos y ceremonias, y puede tener una doctrina y dogmas.
Los ritos y los cultos hindúes tienen como principal función preparar la mente humana para traspasar los límites de la naturaleza fenoménica, es decir de la vida ordinaria, para ir más allá de lo visible y alcanzar la Realización y la Unidad fundamental. Esto es el dominio de lo Indescriptible. Solamente podemos escuchar las palabras de aquellos que lo realizaron y aceptarlas.
En occidente, conocemos por hinduismo al conjunto de estructuras e instituciones religiosas y sociales tradicionales de la India. Llamamos globalmente “hindúes” a todos los indios que no se declaran pertenecientes a ninguna otra gran doctrina implantada en la India, a saber, el islam, el jainismo, el budismo o el sikhismo.
En India, este conjunto de cultos y religiones es denominado Sanâtana Dharma (“La Religión Eterna”), ya que todos los aspectos de la Verdad, fueron incluidos en ella a lo largo de los siglos.
Esta religión de origen mitológico no conoce ni fundador ni canon fijo. Se distinguen en ella numerosas prácticas y tradiciones locales, tanto en el ejercicio del culto como en el dogma. El punto en común de todos los hindúes es la fe en la ley del karma.
Esta religión eterna es la antigua senda establecida por los “Rishis” (grandes sabios). Es enseñada a los hombres y tiene por fin el que alcancemos la Liberación. Diferentes caminos conducen a la Liberación. Todas estas sendas no parecen religiosas si no esencialmente espirituales, pero entre estas vías se encuentra también la religión.
Los Vedas han enseñado lo que, todavía hoy en la India, es la base de la espiritualidad y de la religión hindú. En el Rigveda, el más antiguo de los Vedas (1500 a.C.), encontramos esta frase significativa “Ekam sat Vipra Bahudhâ Vadanti – sólo hay una única Verdad, pero los sabios le dan distintos nombres”.
Por otra parte la enseñanza indiscutiblemente metafísica de los Upanishads insiste sobre ese punto: “no hay más que una sola realidad, Brahman, el Supremo. Esta realidad única es el origen del universo y penetra toda la creación”. La influencia de la metafísica penetra hondamente en las concepciones religiosas. Religión y metafísica es un conjunto inseparable. En la India, el Absoluto es un ideal religioso, le son dirigidas oraciones, es adorado, son celebrados en su nombre cultos y ceremonias. Generalmente estas celebraciones van casi siempre acompañadas de cantos devocionales en los que se repite el Nombre de Dios; siendo estos cantos considerados una práctica espiritual de mucho beneficio.
Dios, en el hinduismo, es denominado Ishwara. Ishwara es siempre invocado con humildad y veneración. Es adorado con diferentes nombres y también bajo los nombres de las distintas Encarnaciones de la conciencia divina en la tierra. Ishwara está muy próximo a la naturaleza humana. Es por medio de la adoración a Ishwara como se alcanza una concentración intensa. Pero esta no es la única vía, hay otras: hay diferentes yogas, como otros tantos caminos conduciendo a la experiencia espiritual por la cual el hombre llega a trascender la naturaleza fenomenal.
El Vedanta es uno de los 6 sistemas filosóficos o Darshanas dentro del hinduismo. El nombre se compone del término sánscrito veda: “conocimiento, sabiduría” y anta: “final, conclusión”.
Esta denominación se interpreta en un doble sentido:
El Vedanta es por tanto el fin de la tradición, la joya del discernimiento, tanto en sentido alegórico como en literal (histórico).
Asimismo, dicho conocimiento ha permanecido abierto hasta nuestros días, a toda sabiduría verdadera y es así como “La Ley Eterna del Sanâtana Dharma” dio paso a las nuevas ideas y a las nuevas fuentes de sabiduría espiritual que encontraron también lugar en ella.
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Shankaracharya es considerado como la referencia primordial de la antigua doctrina Advaita Vedanta, esta tradición espiritual viviente ha sido dada a conocer en occidente por Swami Vivekananda, Paramahamsa Yogananda, Aurobindo, Ramana Maharshi, etc.
De todos los sistemas de pensamiento hindú, la filosofía Vedanta es el más estrechamente ligado a la religión india. De una manera o de otra, el Vedanta influencia la visión del mundo de todos los pensadores hindúes de la época contemporánea.
El Vedanta es una expresión muy antigua del pensamiento hindú. Se trata de un pensamiento metafísico que guarda cierto parecido con la religión, pero sin incluir ningún dogma, pues el Vedanta no se haya vinculado a ninguna creencia particular ni a ninguna personalidad, ni siquiera a un libro sagrado, dejando en este aspecto un margen tan amplio de libertad que resulta difícil reducirlo a lo que generalmente se entiende por religión.
El pensamiento vedántico resulta sorprendente porque no se refiere a un Dios exterior a nosotros. Insiste con fuerza en la divinidad que hay dentro de nosotros. Dios es infinito. Está en todas partes, es trascendente. Dios es Espíritu. Si Le buscamos por medio del Espíritu, podremos alcanzar la realización del Absoluto o Realidad Suprema. El Vedanta dice que es ese nuestro ideal y nuestro deber. El objetivo de nuestra vida en la tierra.
El Vedanta dice: “En esta vida, nuestra meta es la realización del Atman (Alma Suprema) o la Liberación”. No se puede hacer distinción entre Liberación, Atman e Ishwara (Dios). Creemos poder hacerla, pero siempre llegamos al mismo punto, que es la necesidad de trascender la vida ordinaria, perdiendo el apego por los objetos materiales cuyo poder no puede darnos la constante alegría y el verdadero amor.
Los sabios han dicho que la razón no nos conduce a esta idea grandiosa y universal. Es necesario ir más allá del dominio de la razón, por este motivo, debemos seguir una disciplina espiritual. Y para seguirla hay que tener una fuerte aspiración por la vida interior.
La meditación es la práctica espiritual más extendida y enseñada en la India. Por medio de la religión se enseña hasta a los propios niños. Cuando se adquiere desde una edad muy temprana el hábito de meditar, se halla el camino de la aspiración profunda hacia lo divino. Nos referimos aquí a una serie de aspectos de las técnicas de la meditación para mostrar que se trata de un ejercicio espiritual destinado a preparar el camino de la Realización. Con este mismo objetivo se practican diversos yogas como el Raja-yoga, el Hatha-yoga, el Bhakti-yoga, el Karma-yoga, el Gnana-yoga y otros yogas. Cada disciplina corresponde a un tipo concreto de yoga, pero todos los yogas poseen instrucciones especiales acerca de la concentración y la meditación.
La diversidad de prácticas de los distintos yogas tiene su origen en la variedad de la naturaleza de los seres humanos. La inspiración profunda de cada uno debe orientar su práctica dentro de esta diversidad. Hay personas de naturaleza física muy activa, o de naturaleza emocional muy sensible, predispuestas a la reflexión y al pensamiento abstracto, o de tendencia claramente mística, o dotadas de gran poder de concentración. Es comprensible que a naturalezas tan diversas correspondan prácticas diferentes. La exposición de todas estas técnicas es imposible de realizar con brevedad. Además el camino elegido y seguido por cada uno corresponderá a su propia naturaleza individual. El conocimiento que se obtiene al realizar estas prácticas es de naturaleza completamente diferente al que se puede conseguir de las experiencias sensibles o psíquicas de la vida cotidiana, e incluso de las reflexiones intelectuales.
En India es corriente encontrar, en casi todas las casas, una pequeña estancia o un lugar especialmente preparado y reservado para practicar meditación. Ese espacio, suele estar arreglado como una pequeña capilla donde retirarse para encontrar allí la Paz, cuando la mente esté agitada por cualquier razón. Los hindúes suelen practicar el Jappa (repetición del nombre de dios) y meditación al menos dos veces al día. Temprano por la mañana y por la tarde-noche.
El objetivo de la meditación es llegar a la transformación profunda de la naturaleza humana abandonando por completo el egoísmo. Sólo trascendiendo el ego se experimentará una verdadera transformación. Sólo entonces se alcanzará nuestro destino y quedaremos unidos a él. Resultará difícil saber que forma de meditación es la más adecuada para nosotros, por eso mismo salvo raras excepciones, será imprescindible contar con la colaboración de un preceptor, maestro o amigo espiritual.
A lo largo de la vida se presentan cientos de preguntas, dudas, disgustos y conflictos. La senda interior ofrece mucha satisfacción y soluciones al mundo de hoy en día. Solo personas con la suficiente preparación y garantías pueden ayudarnos a resolver la confusión a la que nos enfrentamos constantemente. Respondiendo a nuestras preguntas o aconsejándonos pueden ayudarnos a tomar decisiones, con sabiduría.
El Vedanta, como toda verdadera tradición, es una escuela iniciática: “La tradición védica es en su esencia y en todos sus desarrollos, por el fondo tanto como por la forma, una tradición iniciática. El carácter iniciático pertenece a la expresión fundamental de la Tradición Hindú, a los Vedas y a los Unpanishads”.
Uno puede leer por tiempo indefinido con un enfoque solamente teórico-racional las obras de los grandes maestros hindúes y, sin embargo, no evolucionar nada espiritualmente. Según nuestra tradición, se requiere “la influencia espiritual” de un Preceptor o Amigo Espiritual Viviente para actualizar esta enseñanza que está más allá de las palabras y de la razón.
Necesitamos un guía que sepa introducirnos por el camino que todavía desconocemos, pues aún no sabemos cuál es nuestra auténtica naturaleza y cuáles son nuestras posibilidades de introspección. Pero debemos ir con cuidado a la hora de elegir un maestro verdaderamente capacitado y no uno cualquiera. Es necesario conocer muy bien al que será nuestro amigo espiritual, estar absolutamente seguros de su sinceridad, de su sabiduría y de su conducta. Debe ser capaz de mostrarnos el camino hacia el Supremo.
Esta “influencia espiritual” es un hecho real que se puede experimentar, pero sólo estarán en condiciones de poder transmitirla aquellos que ya han sido objeto de dicha transmisión directa, que pasa de generación en generación, de un Maestro Espiritual Viviente o “Jivanmukta” es decir de un “liberado en vida” a un discípulo digno o sucesor. Dicha transmisión técnicamente se denomina “shakti pat diksha”. Para los hindúes el “shakti pat diksha” es, por lo tanto, lo más significativo, importante y trascendental a la hora de atribuir descendencia y continuidad a un linaje, y no la envergadura de la institución en la que se amparará dicha transmisión.
La India tiene una tradición monástica milenaria. Millones de monjes, sadhus, de todo tipo de órdenes religiosas y orientaciones, recorren el país como monjes errantes o pertenecen a organizaciones establecidas en Monasterios. La inmensa mayoría de ellos, me consta, trabajan incesantemente para mantener viva dicha transmisión iniciática. Esto es algo realmente extraordinario y es lo que, aún hoy en día, hace de la Madre India un lugar mágico y sagrado.
H.H. Swami Rameshwarananda Giri Maharaj
El yoga se refiere a una tradicional disciplina física y mental originaria de la India cuyo objeto es la restricción de las fluctuaciones de la consciencia, la inhibición de las modificaciones de la mente. El yoga se asocia con prácticas de meditación en todas las religiones que tienen su origen en India.
Se practican diversos yogas, pero los sistemas de yoga que se consideran fundamentales o clásicos son:
Cada disciplina corresponde a un tipo concreto de yoga, pero todos los yogas poseen instrucciones especiales acerca de la concentración y la meditación.
El Raja Yoga (literalmente “yoga rey”, pronunciado [raya]), es un tipo de yoga que sigue la vía de la introspección. También es conocido como yoga mental.
El practicante de Raja Yoga investiga su mente explorando la consciencia en sus diferentes manifestaciones: consciente, inconsciente y supraconsciente. En este yoga se dirige la atención hacia el interior, lejos de la distracción mundana, con el objetivo de comprender la naturaleza humana y su potencial.
Se suele identificar al Raja Yoga con el Astanga Yoga descrito por Patanjali. Esto es una imprecisión, ya que el Raja Yoga es una categoría más amplia que abarca también otros sistemas como el Kriya Yoga, el Kundalini Yoga, el Mantra Yoga o el Dhyana Yoga.
EL Astanga Yoga (asta: ocho, anga: elemento) son los “ocho elementos del yoga” descritos por el sabio indio Patanjali en los Yoga Sutras (aforismos del yoga de Patanjali).Estos “ocho estadios” son:
1. Yama (prohibiciones):
2. Niyama (preceptos):
3. Asana (postura que manifiesta una actitud interna para la meditación).
4. Pranayama (retención del aliento vital, control de la fuerza de la vida o prana).
5. Pratyahara (retirada de los órganos de los sentidos de los objetos externos).
6. Dharana (concentración, la fijación de la atención en un solo objeto).
7. Dhyana (meditación, una intensa contemplación de la naturaleza del objeto de meditación).
8. Samadhi (liberación, la fusión de la consciencia con el objeto de meditación).
Kriya Yoga
El Kriya Yoga, yoga del fuego y de la mente, es otro tipo de yoga dentro del Raja Yoga que conforma un “antiguo” sistema de varias técnicas yóguicas que fueron mencionadas en la Bhagavad Gita (hacia el siglo III a. C.), en los Yoga-Sutras (hacia el 150 a. C.), en los Tantra-Shastra y en otros tratados.
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El Kriya Yoga es el arte científico de la unión con el Propio Ser o la Verdad. Cualquier persona, independientemente de su condición, ideología o creencia religiosa, puede practicar las técnicas yóguicas o Kriyas y beneficiarse de ellas para su propio crecimiento y bienestar personal. Este arte espiritual fue desarrollado por los antiguos Siddhas (seres auto-realizados) y revivido en los tiempos modernos por Mahamuni Babaji quien al transmitirlo a su amado discípulo, Yogiraj Shyamacharan Lahiri Mahasaya, permitió que, este a su vez, lo divulgara al mundo en 1861. El Kriya Yoga se hizo mundialmente popular gracias al libro “Autobiografía de un Yogui”, escrito por el Swami Yogananda Giri, también conocido como Paramahansa Yogananda.
Conoció a su preceptor espiritual, Swami Yukteswarananda Giri a la edad de 17 años, en el año 1910. Acudió a la escuela secundaria de Scottish Church College y después obtuvo su licenciatura en Filosofía y Letras por la Universidad de Calcuta. Su autobiografía señala que en el año 1915 tomó formalmente los votos de monje en la antigua Orden Monástica de los Swamis y cambió su nombre de familia por el de Swami Yogananda Giri. En 1917 fundó en Ranchi, India, una escuela para varones en la que conjugaba los métodos educativos modernos con el entrenamiento en las técnicas de Yoga y algunos ideales de la filosofía Yoga Vedanta. Con el tiempo, esta escuela se transformaría en la Sede de Yogoda Satsanga Society of India, la filial de su fundación Self – Realization Fellowship en India. Se embarcó hacia América en 1920 invitado a participar en un Congreso de Religiones que se celebraría en ese año en Boston, como delegado representante de India. Swami Atmananda Giri fue quien quedó a cargo de la dirección de la Yogoda Satsanga Society of India siendo su primer Secretario General. Fue en ese mismo año en el que Yogananda fundaría la Self–Realization Fellowship y daría conferencias en la costa este de los Estados Unidos de América. El principal objetivo de su marcha a América, tal como lo pensó Yogananda, era el de compartir y diseminar las antiguas prácticas yóguicas y la filosofía Yoga Vedanta, prestando especial atención al Kriya Yoga, enseñado por su maestro Swami Yukteswarananda Giri, así como por los maestros anteriores a él en su linaje Giri de la Sagrada Orden de los Swamis (Advaita Vedanta Dasanami Sanyasin). En 1924, después de una gira por todos los Estados Unidos, se establece en la ciudad de Los Ángeles, California, en una finca llamada Mount Washington. Sus principales enseñanzas consistieron en hacer énfasis en experimentar y realizar a Dios a través de la meditación y el uso del Kriya Yoga. El primer impacto que Yogananda produjo fue realmente impresionante, pero el impacto permanente que han dejado su vida y enseñanzas es aún mucho más extraordinario. El libro de Yogananda “Autobiografía de un Yogui” fue publicado en 1946 por primera vez. Este libro supuso una revolución espiritual en todo el mundo. Su meta era ayudar a todos los buscadores sinceros de la Verdad, de cualquier creencia religiosa, a experimentar personalmente la comunión directa con Dios a través de la técnica del Kriya Yoga. Estas enseñanzas son universales y ofrecen soluciones prácticas a los retos de la vida moderna. Su Maestro, Swami Yukteswarananda Giri lo envió a occidente con las palabras: “Occidente conoce muy bien cómo obtener cosas materiales, pero carece del entendimiento espiritual. Es la voluntad de Dios que tu juegues el papel de enseñar a la humanidad el equilibrio entre el mundo material y el mundo interior de la vida espiritual.”
Médico de profesión, también conocido como Prakash Das Brahmachari, fue discípulo de Swami Kebalananda Giri (1872 – 1932) e íntimo amigo de Paramahamsa Yogananda, de quien recibió formalmente los votos en la antigua Orden Monástica de los Swamis. Swami Atmananda fue director espiritual del Yogoda Satsanga Math de Dakshineswar en Calcuta y Secretario General de la Yogoda Satsanga Society of India. Más tarde, Swami Yogananda le propuso, en Estados Unidos, aceptar el cargo de sucesor en la presidencia de la Self–Realization Fellowship, así como de la Yogoda Satsanga Society of India, cargos que declinó tras pasar una temporada en California. Posteriormente, Swami Atmananda decide retirarse discretamente en el Narod Baba Math de Calcuta, junto a algunos de sus discípulos más avanzados, para llevar una vida puramente contemplativa que mantuviese y preservase escrupulosamente la esencia de la transmisión original.
Swami Yukteswarananda Giri (1855 – 1936), también conocido como Sri Yukteswar, fue el Gurú de Paramahansa Yogananda. Antes de unirse a la Orden Monástica de los Swamis se llamaba Priyanath Karar y provenía de una familia acomodada. Según sus biógrafos, pronto quedó huérfano de padre y tuvo que encargarse de las haciendas familiares, se casó y tuvo una hija, pero al poco tiempo, quedó viudo y su hija también murió.
Sri Yukteswar se inició en la vida espiritual y fue discípulo de Charan Lahiri, conocido como Yogiraj Shyamacharan Lahiri Mahasaya (1828 – 1895), quien lo inició en Kriya Yoga. Fue de los pocos agraciados que, como Swami Kebalananda Giri, conoció al gran Mahavatar Mahamuni Babaji, el Gurú de su propio maestro espiritual, durante una Kumbha Mela (festividad religiosa celebrada periódicamente en India) en 1894 cuando el mismo Swami Yukteswarananda aún era laico. Mahamuni Babaji le dio instrucciones precisas de escribir “La Ciencia Sagrada”, con el fin de comparar el cristianismo y el hinduismo. Fundó varios Ashrams o monasterios en donde formó espiritualmente a sus discípulos laicos y monásticos. Le confirió los votos monásticos a Paramahansa Yogananda.
El Kriya Yoga consiste en un conjunto de técnicas espirituales de meditación y control del prana, que tienen como finalidad la total limpieza de las impurezas físicas, mentales y espirituales, facilitándose, de este modo, el sendero de la realización.
Según la filosofía de la India y el yoga, se contemplan cinco impurezas (kleshas) fundamentales:
La práctica regular y disciplinada del Kriya Yoga ayuda a erradicar estos kleshas, acelera el desarrollo espiritual y crea un estado profundo de paz que favorece le experiencia del samadhi.
Paramahansa Yogananda afirma en sus libros que, para alcanzar y experimentar el estado de Samadhi, se necesita el cese absoluto de todo movimiento y actividad del cuerpo, parándose la respiración, la actividad cerebral, y el metabolismo. Solo así se produciría la desconexión total con el mundo exterior y con lo que nos ata al mismo, el cuerpo. Dice que el cuerpo limita y ata nuestra consciencia y concentración, las cuales parecen estar unidas de forma inseparable, además de continua y estrecha, con el primero a través de los cinco sentidos y los procesos corporales inconscientes. No podemos controlar nuestra presión arterial o latidos a voluntad pero una parte de nuestra “consciencia inconsciente” lo controla todo y está parcialmente “ocupada” en ello. En este estado de samadhi la consciencia quedaría libre de dichas ataduras.
El proceso consiste primero en desconectar progresivamente el cuerpo y la mente del mundo exterior mediante la práctica diaria y constante de las técnicas, reveladas e impartidas por un maestro experimentado. Lenta y progresivamente se iría reduciendo la actividad corporal y la respiración, que pasaría de los 18–20 ciclos por minuto usuales, hasta llegar a cero, parándose el cuerpo de forma natural. Al pararse el cuerpo se pararía el pensamiento, y se experimentaría entonces el samadhi. El número de respiraciones por minuto y el número de pensamientos que tenemos de promedio cada día han sido contados meticulosamente por los yoguis desde la antigüedad, pues afirman que hay una relación estrecha entre respiración y pensamiento (o mente) y entre respiración y ciertas energías desconocidas por la ciencia.
Swami Yogananda llama a este estado corporal del samadhi “animación suspendida”, una especie de estado intermedio entre la vida y la muerte, en el que el cuerpo estaría totalmente dormido, parado o “muerto”, pero la consciencia seguiría totalmente despierta. Sin la limitación del cuerpo, la consciencia podría expandirse sin fin en la experiencia de una especie de “muerte temporal reversible”, de la que se podría volver a la consciencia normal del mundo exterior, primero involuntariamente y posteriormente, tras larga práctica, voluntariamente. En una primera etapa, la experiencia viene y se va independientemente de la voluntad del practicante (savikalpa samadhi), en experiencias similares a las de los místicos cristianos como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, pero tras muchos años de práctica adicional, se consigue llegar al control voluntario del trance o experiencia y entrar y salir del mismo a voluntad (nirbikalpa samadhi).
El Kriya Yoga es el arte científico de la realización del Ser, de la perfecta unión con la Verdad (Dios). A través del Kriya Yoga se puede acceder a toda la consciencia y la energía potenciales que yacen en nuestro interior (kundalini). Es una síntesis de las antiguas enseñanzas de la tradición de los 18 Siddhas, agrupadas en cinco fases o ramas.
1. Kriya Hatha Yoga: incluye Asanas o posturas físicas de relajación (una serie particularmente efectiva de 18 posturas, que se enseñan por fases y agrupadas por parejas), bandahs o cierres musculares, y mudras o gestos; todos producen una mayor salud, paz y el despertar de los principales centros de energía (chakras). Con todos estos ejercicios, conseguimos un estado de calma plenamente consciente; además liberamos las toxinas y los bloqueos energéticos del cuerpo, preparándolo para la práctica del pranayama y de la meditación, y activando los chakras o centros psicoenergéticos. Uno cuida el cuerpo físico como vehículo o templo de la Divinidad.
2. Kriya Kundalini Pranayama: es la técnica más importante del Kriya Yoga. Los maestros han enfatizado la importancia de la práctica del pranayama para despertar fuertes energías latentes, hacerlas circular a través de los principales centros de energía (chakras) y lograr estados más elevados de consciencia. Consta de varias fases en las que se impulsa la energía desde los chakras inferiores hacia los chakras superiores, favoreciendo su apertura y la evolución espiritual del practicante. Esto despierta los estados psicológicos correspondientes y lo convierte a uno en una dinamo para los cinco planos de la existencia: físico, vital, mental, intelectual y espiritual. La práctica comprometida y diaria de estas técnicas energetiza, rejuvenece y transforma el cuerpo.
3. Kriya Dhyana Yoga: es el arte científico de dominar la mente, de purificar el subconsciente, de meditar, de desarrollar la concentración, la claridad mental y la visión, para despertar las facultades creativas e intuitivas y contactar con nuestro ser superior o nuestra superconsciencia.
4. Kriya Mantra Yoga: es la repetición mental de sonidos sutiles para despertar la intuición, el intelecto y los chakras; el mantra se convierte en un sustituto para la charla mental centrada en el “yo”, y facilita la acumulación de grandes cantidades de energía. El mantra limpia también las tendencias habituales subconscientes.
5. Kriya Bhakti Yoga: es el conjunto deactividades devocionales y servicio para despertar el Amor puro y verdadero y el gozo espiritual; incluye cantos, ceremonias, peregrinaciones y adoración. De forma gradual, todas las actividades cotidianas se ven impregnadas de dulzura, conforme el “Bienamado” es percibido en todo.
El Kriya Yoga produce una transformación integral del individuo en los cinco planos de la existencia. Todo el mundo puede practicarlo, y encontrar así paz y felicidad.